domingo, 12 de agosto de 2012

Transgénicos - Contravertidos.....no los necesitamos pero los utilizamos

Estamos en tiempos donde se irrespeta constantemente la cultura humana, donde la cadena de actores es más utilizada que beneficiada por ejemplo, el productor no siembra ni cosecha lo que él desea, lo mismo sucede con el consumidor al no tener la libertad de adquirir y consumir lo que él estima más limpio y seguro, por supuesto también los mercados no ofrecen ni venden productos seguros. Lo anterior demuestra que tampoco es una sorpresa que se irrespete la cultura de las semillas que por generaciones nos han sustentado. La falta de escrúpulos en la ciencia no solo atenta contra la vida sino que atenta contra la verdad, la cual siempre sería ético manifestarla, reconociendo que todo desarrollo tecnológico como tendencia presenta ventajas pero también hay desventajas o riesgos y muchas veces con consecuencias irreversibles. 

Es importante reconocer que en nuestros días, todo producto alimenticio tiene relación de una u otra forma con el mejoramiento genético, el cual se ha desarrollado a través de los diferentes tipos de fitomejoramiento como ser: el fitomejoramiento convencional o cruce limpio, el fitomejoramiento por mutación (natural o inducida), el fitomejoramiento con haploides, el fitomejoramiento in vitru o cultivo de tejidos y finalmente, la experimentación y desarrollo de la genética con fines más financieros que científicos, alteró notoriamente su trayectoria dando un salto atrevido y controvertido al trastocar y modificar los códigos genéticos de los cultivos, introduciendo genes extraños que alteran toda la estructura genética de los mismos.

Es obvio que el ser humano en su afán de desarrollarse continuamente quiere ir mas adelante y demostrar que su desarrollo tecnológico no tiene límites, aún si es necesario agredir los principios naturales y la vida; es el caso de los cultivos transgénicos que aparecen en la década de los noventa y que en la actualidad son la base de notorias controversias en primer lugar en el ámbito científico y en segundo lugar entre los sectores ambientalistas, productivos y consumidores. 

Normalmente en condiciones de un cultivo transgénico los genes de virus y bacterias se encuentran permanentemente en las plantas, lo cual significa que estas plantas se convierten en bioplaguicidas, pero por habérseles modificado su código genético también se han convertido lógicamente en plantas mutantes, y no debemos ignorar que es ampliamente conocido que toda mutación aún natural o inducida no es confiable, es impredecible en sus consecuencias y efectos posteriores tanto interna como externamente.

El mejoramiento genético convencional ha sido la opción más segura y está al alcance de todos los productores, lógicamente con un buen manejo integral del cultivo; mientras que la ingeniería genética argumenta que con los transgénicos en primer lugar hay mayor producción y en segundo lugar mayor rentabilidad al disminuir significativamente el consumo de plaguicidas y herbicidas. Lo primero es aceptable pero en lo segundo los resultados de campo al final no convencen, manifestándose siempre la tendencia de que las plagas y malezasgradualmente en tiempo desarrollan resistencias a las toxinas utilizadas, las plagas secundarias no controladas por la toxina se convierten en primarias, además de ser una tecnología elitista y muy honerosa para los productores. 

Entre los cultivos transgénicos de mayor consumo podemos citar los siguientes:

Los cultivos RoundUp Ready (RR): El maíz (RR) y La soya (RR). Ambos cultivos han sido modificados genéticamente para expresar resistencia al herbicida glifosato de Monsanto. 

Los cultivos Bacillus thuringiensis( Bt ): El maíz(Bt) y el algodón (Bt). Variedades a las cuales se les ha introducido genes de esta bacteria del suelo, la cual produce una toxina que controla algunos insectos de la familia Lepidóptera. 

Para mayor claridad citaremos las implicaciones que hasta ahora los productos transgénicos han ocasionado y que podrían ocasionar vía alimentos importados o a través de cultivos comerciales:

 En todo cultivo por naturaleza e independientemente del tipo de polinización que lo caracterice (cruzada o directa), hay un flujo de genes que por diversos medios estaría a disposición de transferirse a las variedades criollas y contaminarlas. En otras palabras concientemente se atenta contra la diversidad agrícola. 

 Los genes promotores y vectores que no son más que genes marcadores en los transgénicos al final quedan como desechos en la planta y en los alimentos, los cuales generan resistencia a los antibióticos y potencialmente se transfieren a los organismos consumidores vía flora intestinal, lo que generaría un problema grave de salud pública.

 en microbiología se ha demostrado que la toxina Bt tiene efectos tóxicos en la lombriz Lumbricus terrestres (Koskella, J., Stotzki G., applied Microbiology, 1997). 

 En China se tuvo que utilizar mayor cantidad de insecticidas para el control, de las plagas antes secundarias y después principales en el cultivo de algodón Bt luego de 5 años de cultivo y evaluación, entre 1997 a 2001 (Xue, 2002). 

 En los cultivos tolerantes a herbicidas, en Argentina se pasó de aplicar un millón de litros de glifosato en 1990 a 120 millones en 2003, la mayoría utilizados en el cultivo de soya RR (Pengue, 2003).

 Es evidente el desplazamiento masivo del productor rural y los cultivos autóctonos, lo que esta generando un colapso en la agricultura campesina y graves problemas de seguridad alimentaría. 

Debemos ser partidarios del desarrollo tecnológico y por supuesto no desconocer el repunte científico de la ingeniería genética siempre y cuando no atente abiertamente contra la seguridad de la vida y los principios naturales. Debemos defender y apoyar el mejoramiento genético de los cultivos y animales buscando y garantizando el bienestar general, sin que el objetivo único sea el enriquecimiento de grupos monopólicos o empresas a costa de la inseguridad de la sociedad.

Es recomendable y ético que los científicos y empresas involucradas en la generación de cultivos y otros productos transgénicos, inviertan una parte de sus buenas utilidades en estudios que demuestren el tipo de impacto social, ambiental y de salud que produce la tecnología trasgénica, lo cual además de disipar las dudas y controversias que involucran a diferentes sectores de la sociedad, serviría (si fuera necesario) para reorientar los principios y fundamentos de dicha tecnología.

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