viernes, 29 de junio de 2012

Estrategias para disminuir el estrés por calor en el Pollo de Engorda


Introducción

Durante los meses calurosos del año, los resultados zootécnicos de los pollos de engorda  pueden empeorar y aumentar la mortalidad. Debido a que los pollos actuales son más sensibles al calor y sufren más fácilmente estrés calórico, es importante hacer cambios en el manejo y la alimentación durante los periodos de calor para prevenir pérdidas de sus rendimientos. A continuación. se describe lo que le ocurre al pollo durante el estrés por calor y las acciones que se pueden llevar a cabo desde la alimentación para reducir sus efectos, presentando algunos resultados obtenidos en el Poultry and Rabbit Research Centre de Nutreco.


Efectos del estrés por calor sobre los rendimientos productivos y el metabolismo de los pollos de engorda
El consumo de alimento y la velocidad de crecimiento disminuyen cuando aumenta la temperatura. Sin embargo, la disminución del crecimiento es mas drástica y los efectos negativos del calor en los rendimientos de los pollos de engorda aumentan claramente con la edad. Esto se traduce en un aumento en el índice de conversión, por cambios producidos en el metabolismo de la energía y la proteína. A temperaturas normales, una reducción del consumo no produce cambios en el porcentaje de proteína corporal, mientras que el porcentaje de grasa corporal disminuye. Sin embargo, la misma disminución del consumo provocada por el estrés por calor implica una reducción significativa del porcentaje de proteína y un aumento significativo del porcentaje de grasa corporal, debido a cambios de tipo hormonal.

Los niveles en plasma de las hormonas tiroideas triyodotironina (T3) y tiroxina (T4) disminuyen durante el estrés por calor. Estos cambios están asociados con un aumento de la utilización de la glucosa y una mayor deposición de lípidos por el tejido adiposo. Además, la disminución en el contenido de proteína indica cambios en la síntesis o degradación de la misma. Los cambios en el metabolismo de la grasa y la proteína también están asociados a un aumento del nivel de corticosterona en plasma durante el estrés por calor. Este aumento también se ha asociado con inmuno-supresión, que resulta en un aumento de la relación heterófilos:linfocitos, esto se debe a los efectos del estrés por calor per se y no a la disminución del consumo provocada por el mismo.

Para aumentar la pérdida de calor, los pollos aumentan la frecuencia respiratoria, lo que requiere una cantidad de energía considerable, este es otro factor que explica el aumento del índice de conversión por el estrés por calor. Además, puede inducir una alcalosis respiratoria, debido a que se emplea más H+ en el cuerpo, junto con HCO3- para formar H2O y CO2. A mayor frecuencia respiratoria, más CO2 se exhala. El empleo extra de H+ para producir CO2 resulta en un incremento del pH sanguíneo, que puede ocasionar un aumento de la mortalidad cuando las aves no son capaces de controlar el pH y la temperatura corporal.

Por otra parte, el estrés por calor origina balances de sodio y potasio negativos. En concreto, la excreción de potasio aumenta con el estrés por calor. El potasio y el sodio son importantes para mantener el pH plasmático y el volumen de fluido corporal.


Posibles estrategias para prevenir pérdidas de producción durante periodos de estrés por calor
Conociendo algunos de los cambios que ocurren en el pollo durante periodos de altas temperaturas, existen algunas estrategias nutricionales que pueden ayudar a reducir los efectos negativos del estrés calórico en los rendimientos productivos y la mortalidad. Estas estrategias incluyen:
  • Reducir la producción de calor y aumentar la eliminación del calor producido; 
  • Concentrar la formula para compensar la disminución del consumo voluntario;
  • Reducir la concentración de corticosterona en el plasma y ayudar al sistema inmune;
  • Prevenir la alcalosis respiratoria
  • Mantener la osmolaridad y la función celular


Reducir  la producción de calor y aumentar la eliminación del calor producido
El metabolismo de los nutrientes digeridos ocasiona una producción de calor, la digestión de la grasa genera menos calor que la misma cantidad de carbohidratos o proteína digeridos. Por este motivo se ha probado en condiciones de estrés por calor un cambio de carbohidratos a grasa o una reducción del nivel de proteína en el alimento.

La ganancia de peso se mejora significativamente con niveles altos de grasa, pero lo mismo ocurre en pollos alojados en condiciones termoneutrales. La reducción de la proteína en el alimento durante periodos de estrés calórico no es una buena medida para mejorar el desempeño productivo. Es mejor aumentar la relación proteína - energía para mejorar los resultados.

En vez de disminuir la producción de calor por parte del propio animal, existe la posibilidad de reducir la densidad de pollos / m2, para disminuir la  producción total de calor en la nave. En general, los rendimientos de los pollos mejoran al reducir la densidad. El suministro del alimento en  los periodos más frescos del día también ayuda a combatir los efectos negativos del estrés por calor debido a que evita un aumento de la producción de calor del alimento ingerido durante los periodos más cálidos. Aumentar la velocidad del aire o la nebulización de agua sobre los animales son alternativas para eliminar o absorber el calor producido y que por tanto, alivian a los pollos de la sensación de calor. El aporte de agua de bebida fría también es una forma de manejo para mejorar los rendimientos de los pollos durante épocas de calor.


Concentración de la ración para compensar el menor consumo de alimento
Aumentar la concentración de todos los nutrientes del alimento para compensar la reducción del consumo voluntario es una de las acciones que mejoran los resultados de los pollos en periodos de altas temperaturas. Sin embargo, esta medida también mejora los resultados de los animales en condiciones de termoneutralidad. En lugar de un aumento general de todos los nutrientes del alimento, puede ocurrir que las relaciones óptimas entre nutrientes cambien durante el estrés por calor. Se ha indicado que probablemente sea necesaria una relación proteína- energía más elevada durante periodos de calor para evitar pérdidas de producción. Además se ha demostrado que los niveles óptimos de lisina en pollos sometidos a estrés calórico son un 5 a 10 % más elevados, comparadas con los de pollos alojados en un ambiente termoneutral.

Existe evidencia de que las relaciones óptimas entre aminoácidos pueden variar en pollos sometidos a estrés por calor, considerando los niveles plasmáticos de aminoácidos, se observan diferencias en las necesidades de aminoácidos entre pollos normales y los sometidos a estrés calórico. El efecto del estrés calórico es mayor para los niveles plasmáticos de metionina y cistina, lo que puede estar relacionado con un emplume más lento en los pollos sometidos a este tipo de estrés. Se reporta que con temperaturas más altas, un aumento de la relación arginina-lisina mejora  el índice de conversión.

Se han descrito balances negativos de minerales durante el estrés por calor, por lo que un aumento de los aportes puede ayudar a aliviar los efectos del mismo. Esto se comentará en el apartado de la alcalosis respiratoria.


Reducción de la concentración de corticosterona y refuerzo del sistema inmune
Los resultados experimentales indican que hay ciertas posibilidades de reducir el nivel de corticosterona en plasma. Esto ayudaría a mejorar el status inmune de los pollos sometidos a estrés por calor. Tanto la vitamina C como el ácido acetilsalicílico (aspirina) han resultado eficaces en disminuir el nivel plasmático de corticosterona en pollos con estrés calórico, resultando en un mayor peso en los órganos inmunológicamente activos.

Una restricción a edades tempranas del alimento redujo algunos de los efectos negativos del calor sobre el sistema inmune de los pollos que sufren estrés calórico a una mayor edad y la combinación de una restricción temprana de alimento con la exposición al calor cíclica, puede mejorar el peso vivo y la resistencia a enfermedades y está asociado con una mejor respuesta al golpe de calor.


Prevención de la inducción de alcalosis respiratoria
Un aumento de la frecuencia respiratoria puede inducir una alcalosis respiratoria. Además, pueden aparecer balances de sodio y potasio negativos, afectando la osmolaridad y función celular. Cómo estrategia, se puede prevenir el aumento del pH sanguíneo añadiendo en el alimento o agua de bebida sales que disminuyan el pH, como NH4Cl u otras sales que contengan aniones que afecten el equilibrio ácido-base. Otra opción puede ser la adición de HCO3- para compensar las mayores pérdidas del mismo al eliminar el CO2 producido cómo consecuencia del jadeo. Una tercera estrategia puede ser el suministro de cantidades extra de sodio y potasio, debido a la aparición de balances negativos de los mismos durante los periodos de estrés calórico. Todas estas estrategias pueden ayudar a aliviar los efectos del estrés por calor sobre los rendimientos de los pollos de engorda.

En general las sales de sodio producen mejores resultados en los animales, mayor consumo de agua y menos mortalidad que las sales de potasio. De éstas, el KHCO3 es el mejor, igual que el NaHCO3 entre las sales de sodio. Esto indica que el ión HCO3- es importante para aliviar los efectos del estrés por calor. La adición de NH4Cl mejoró los resultados productivos y disminuyó la mortalidad en el periodo de calor, lo que significa que el descenso del pH sanguíneo por alteración del balance electrolítico puede ayudar a reducir los efectos negativos del golpe de calor, siempre y cuando no sea excesiva, como en el caso del CaCl2.


Mantenimiento de la osmolaridad y función celular
El suministro de minerales puede ayudar a ajustar el pH sanguíneo y a   reponer aquellos minerales perdidos. De esta forma, pueden mantenerse la osmolaridad y la función celular. La betaína también puede cooperar en el mantenimiento de la osmolaridad y función celulares. Un reciente estudio realizado en Nutreco PRRC ha demostrado los efectos positivos de la adición de betaína (TNIbetain) al alimento de pollos sometidos a estrés por calor. En este experimento se añadieron 1 o 2 g/kg de betaína a alimentos con niveles de amonoácidos que satisfacían las recomendaciones (CVB, 1996). mejora la conversión alimenticia de 0 a 14 días y el peso vivo a los 40 días de edad. La mortalidad disminuyó con la adición de betaína, pero no de forma significativa. La adición de betaína también mejoró el porcentaje de pechuga en los machos de forma significativa.


Conclusiones y recomendaciones
El estrés por calor es un fenómeno complejo, que afecta negativamente la productividad del pollo de engorda, una combinación de estrategias de manejo y nutricionales, permiten disminuir la producción de calor y reducir los efectos negativos a nivel metabólico y hacer que la perdida de eficiencia sea menor en los sistemas de producción de pollo de engorda.

Referencias Disponibles con los autores.

Resumen
  • Las posibilidades de disminuir la producción de calor aumentando la proporción de la energía aportada por las grasas son limitadas y además, el efecto no parece producirse sólo en situaciones de estrés por calor. La reducción de la producción de calor por una disminución del contenido de proteína del alimento no es efectiva. Por tanto, las medidas de manejo tendentes a disipar el calor producido, como una mayor renovación del aire, la nebulización de agua y el suministro de agua fría son más eficaces para reducir los efectos  negativos del golpe de calor. Otra forma de disminuir la producción de calor es disminuyendo la densidad de pollos en la nave. El aporte de alimento durante los periodos más frescos del día también puede ser útil contra el estrés por calor.
  • La relación óptima de lisina digestible a energía aumenta un 5-10% en pollos de engorda sometidos a estrés por calor. Por tanto, un ligero aumento de los aminoácidos puede prevenir la pérdida de rendimiento productivo. Además, la relación arginina - lisina aumenta, mientras que la relación aminoácidos azufrados - lisina puede disminuir. Las necesidades de sodio y potasio pueden aumentar durante los periodos de estrés calórico al producirse un balance negativo de los mismos.
  • La adición de vitamina C en el agua de bebida o en el alimento ayuda a mitigar el aumento de los niveles de corticosterona durante el estrés por  calor, lo que reduce los efectos negativos sobre los rendimientos y puede ayudar a mejorar el status inmune.
  • La adición de NaHCO3, NH4Cl y KCl en el alimento o agua de bebida reduce los efectos negativos del estrés calórico. NaHCO3 ha dado los mejores resultados en varios experimentos. Sin embargo, una combinación de NaHCO3 and KCl puede dar mejores resultados aun, pues aporta HCO3- para compensar por las mayores pérdidas de CO2 , Cl- para reducir el pH sanguíneo y Na y K para compensar el balance negativo de estos cationes durante el estrés por calor.
  • La betaína mejora los resultados en periodos de estrés calórico. Sus efectos positivos parecen deberse a la mejora de la osmolaridad celular, lo que previene las pérdidas de agua.
Autor/esVictor Valdes
Nutriólogo

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