jueves, 2 de agosto de 2012

El mejoramiento genético y la crisis global de alimentos


El comienzo del año 2008 mostraba la consolidación del crecimiento mundial, liderado por China e India y el fuerte aumento de los precios de las comodities agrícolas, impulsados principalmente por el aumento de la demanda de alimentos y por las deficientes cosechas que redujeron los stocks mundiales.
Pero el dramático comienzo del año 2009 mostraba un mundo diferente, en el que la preocupación por la seguridad alimentaria fue sustituido por la urgencia en solucionar  la crisis financiera y los problemas de la economía global.
Sin embargo constituiría un imperdonable error olvidar las señales que los mercados nos dejaron en 2008, ya que se estima que para 2050 la población mundial alcanzaría los 9.000 millones de habitantes con lo que la demanda alimentaria seguirá aumentando en forma constante. El continuo aumento de la oferta de alimentos que se produjo en el pasado hizo parecer obsoleta la predicción de Malthus cuando afirmó que la población humana crecía en progresión geométrica mientras que la producción de alimentos lo hacía en progresión aritmética.
Lamentablemente, hoy el crecimiento de la oferta de alimentos se ve amenazada por limitaciones en la disponibilidad de tierra cultivable y agua y por los efectos negativos que el cambio climático pueda tener sobre el potencial productivo global.
Recientemente la agencia de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), alertó sobre la posibilidad de que se origine una crisis alimentaria global debido a que la producción agrícola no aumentará este año por la falta de créditos para los productores. La FAO estima para el corriente año una reducción en la producción global de granos debido a una menor superficie sembrada y a los menores rindes que se obtendrán por menor uso de insumos y por condiciones climáticas adversas.
Con los niveles productivos actuales, más de 1.000 millones de personas padecen hambre en el mundo. Será necesario duplicar los rendimientos de nuestros cultivos en los próximos cuarenta años para satisfacer plenamente la demanda mundial de alimentos en 2050.
Para aumentar la producción de alimentos en forma sustentable, optimizando el uso de los recursos naturales, una de las herramientas esenciales con que contamos es la disciplina del mejoramiento genético vegetal. La llamada Revolución verde es un claro ejemplo del enorme potencial de esta actividad definida como la ciencia y el arte aplicados al desarrollo de mejores plantas y cultivos.
Revolución verde es el término empleado para referirse a la transformación de la agricultura que comenzó después de la segunda gran guerra, al crearse en México una estación experimental para desarrollar nuevas y mejoras variedades de trigo para poder satisfacer la demanda de una población en crecimiento. Una década después de comenzado el proyecto, México, que importaba la mitad de sus necesidades de trigo, logró autoabastecerse y al final de la segunda década se convirtió en país exportador del cereal. El éxito de éste proyecto internacional se repitió más tarde en India con el cultivo de trigo y con el llamado "arroz del milagro", que la convirtió en uno de los países mas eficientes en la producción de este cultivo fundamental en la dieta del pueblo indio.
El aumento de productividad de un cultivo a través del tiempo está determinado por una componente genética (nuevas variedades o híbridos) y por una componente ambiental (agroquímicos, siembra directa, etc.). Cuando mediante experimentos especialmente diseñados se discriminan ambos efectos se puede identificar la ganancia genética lograda en un periodo dado. Así ganancia genética es el aumento de productividad logrado por un programa de mejoramiento luego de uno o varios ciclos de mejora.
Trabajos realizados en varios países y en diferentes cultivos, muestran que la ganancia genética explica alrededor del 50% de los aumentos de productividad de los principales cultivos durante el último medio siglo.
Evolución del rinde en Argentina.
En el gráfico se muestran las curvas de rinde nacional para maíz, soja, trigo y girasol durante los últimos cincuenta años.
El cultivo de maíz muestra una mayor tasa de crecimiento (340%), la que se aceleró en las últimas dos décadas principalmente por la adopción de híbridos simples y la siembra directa en los años ochenta y por el advenimiento de la biotecnología a partir de los años noventa.
El cultivo de soja que creció un 250% en cincuenta años también se vio favorecido por la siembra directa y la biotecnología (variedades RR). Sin embargo, la gran expansión que tuvo el cultivo hacia zonas más marginales fue seguramente en detrimento de los rindes promedios.
Los rendimientos de girasol y trigo crecieron 230% y 180% respectivamente entre 1960 y la actualidad, siendo dos especies en las que no hay desarrollos biotecnológicos y en los que la inversión en mejoramiento genético es menor.
Así vemos que el aumento de productividad durante las últimas décadas se duplicó en el caso de girasol y trigo y se triplicó en maíz y soja.
En general las ganancias genéticas son causadas por mejoras en la tolerancia al stress biótico y abiótico, por ejemplo una mayor resistencia a enfermedades y mayor tolerancia a sequía.
El mejoramientos a enfermedades como el "mal de Río Cuarto" y roya en maíz, Verticillium y Sclerotinia en girasol, Cancro del tallo y Phythosphora en soja y Fusarium y roya de la hoja en trigo, han sido importantes logros obtenidos por los genetistas que pusieron su empeño en desarrollar cultivares más resistentes a estas enfermedades aumentando los rendimientos y la estabilidad de los mismos.
Otro aspecto que fue muy importante en el crecimiento del rinde es el aumento en la eficiencia de producción de grano. El desarrollo de cultivos con una estructura de planta mas eficiente, con tallos mas fuertes, sistemas radiculares mas desarrollados, etc., han posibilitado la adopción de nuevas prácticas culturales que tuvieron un fuerte impacto sobre la productividad de los cultivos.
Con valores de ganancia genética del orden del 50%, prácticamente la mitad del aumento de productividad lograda en los últimos cincuenta años se gestó en los diversos programas de mejoramiento genético diseminados en el país.
Que es un programa de mejoramiento genético?
Un programa de mejora típico está conformado por cinco actividades principales:
a)      Banco de germoplasma
b)      Biogenética
c)      Bioinformática
d)      Aspectos regulatorios
e)      Propiedad intelectual
El acceso y manejo del germoplasma o base genética es crítico en cualquier proyecto de mejora a largo plazo ya que sin una adecuada variabilidad genética no puede generarse ganancia genética. Por ello el acceso a germoplasma  tanto con adaptación local como el germoplasma exótico, el conocimiento de los grupos heteróticos existentes, la identificación de materiales con tolerancia a enfermedades, etc., son aspectos claves de todo programa de mejoramiento.
La biogenética comprende los procedimientos, metodologías y estrategias de mejora empleadas por los genetistas para lograr sus objetivos. La adopción o no de ciertos procesos o herramientas pueden explicar los diferentes resultados obtenidos por distintos programas. 
La bioinformática se refiere al empleo de programas y equipos de gran potencia, que permiten un rápido y eficaz almacenamiento y análisis de la enorme masa de datos generados por el programa. La precisión en la identificación de un nuevo cultivar superior, realizada entre varios miles de candidatos es hoy un proceso mas eficiente gracias al desarrollo de la bioinformática.
Todas las actividades desarrolladas por un programa de mejoramiento están reguladas por instituciones gubernamentales. En el caso de nuestro país el organismo de control es el INASE (Instituto Nacional de Semillas). Aspectos tan diversos como la fiscalización de ensayos de cultivares inéditos, como el control de experimentos regulados con nuevos  eventos biotecnológicos, son realizados y controlados según las normas establecidas por el INASE.
Los derechos de propiedad intelectual en especies vegetales es un área de gran importancia y complejidad. La legislación mundial muestra grandes diferencia entre los países, tanto en los conceptos como en las formas adoptadas para ejercer la protección de las variedades. La Unión Internacional para la Protección de Variedades Vegetales (UPOV), ha generado una importante legislación, cuyos objetivos principales son la protección de las variedades y la promoción internacional del mejoramiento genético. Los derechos intelectuales utilizados para proteger al obtentor de un cultivar constituyen un resguardo a la inversión en investigación y desarrollo realizada por la parte obtentora.
Si como mencionamos anteriormente, las estimaciones de los organismos internacionales indican que la producción alimentaria deberá duplicarse durante los próximos cuarenta años para poder hacer frente al crecimiento demográfico, surge una inquietante pregunta: ¿Podrá el mejoramiento genético hacer frente a tremendo desafío?
Expertos en genética vegetal, biología molecular, biotecnología y agronomía consideran  que:
1)      El mejoramiento genético seguirá siendo la base y herramienta esencial para generar el aumento de rinde futuro, el que seguirá incrementándose durante las próximas décadas a las mismas tasas que en el pasado reciente.
2)      La biotecnología, mediante una mayor oferta y difusión de cultivos transgénicos, continuará aportando caracteres defensivos como tolerancia a herbicidas, enfermedades, plagas y sequía.
3)      La biología molecular facilitará la generación y manejo de la variabilidad genética y de la selección, aumentando la velocidad y precisión de los procesos de mejora, para el logro de mayores rindes y mayor tolerancia a los factores bióticos y abióticos limitantes del mismo.
4)      La globalización en la evaluación y uso del germoplasma disponible y el acceso universal a las nuevas tecnologías abrirá nuevas posibilidades de crecimiento.

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